era una inmensa pupila azul.
Desde lo alto, la Divinidad observó
que la maldad se adueñaba
del vergel de la tierra, convirtiéndola
en un árido desierto.
Tantas lágrimas se derramaron desde el cielo,
que dieron origen a los océanos.
Escrito en Septiembre 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.